Desde su concepción, el servicio de impresión 3D y las máquinas que lo hacen posible están transformando los procesos productivos industriales. Mientras muchos catalogan esta tecnología como disruptiva, otros sugieren que esto será posible cuando exista una adopción general. Por ahora, trataremos de analizar las tecnologías de impresión 3d y su impacto en las industrias.
Evolución del servicio de impresión 3D y su influencia
Cuando analizamos las perspectivas de la fabricación aditiva en los años 80, encontramos 4 etapas asociadas con su uso: prototipado rápido, reducción de gastos, creación digital directa y fabricación in situ. En la práctica, esto se traduce en la interpretación del diseño por parte de la impresora 3D, permitiendo realizar distintas pruebas para obtener el objeto deseado.
La introducción de tecnologías como la estereolitografía (SLA), modelado por deposición fundida (FDM), sinterizado selectivo por láser (SLS) y fabricación de objetos laminados (LOM), hizo esto posible. Las mejoras en los productos y en la producción a baja escala repercutió significativamente sobre las pymes, impulsando otras innovaciones para el servicio de impresión 3D en los años 90.
En vista del ahorro de costos, eliminación de moldes y elaboración de piezas con mayor calidad para las industrias tradicionales, surgió la fabricación digital directa (DDM) en la década del 2000. Por otra parte, la disponibilidad de archivos CAD online facilitó que el usuario final pudiera crear sus propios diseños. Semejante a los sitios P2P, las personas comparten esta información para crear sus propios modelos en casa.
Lo más importante en cuanto al diseño y distribución, es la incorporación de un nuevo paradigma de fabricación. Mediante una mayor personalización, ajustes puntuales, procesos simplificados e infraestructura menor, existen ventajas innegables. Además de hacer más eficiente la cadena de suministro, las empresas fabrican lo que quieran, cuando quieran y sin importar su ubicación.
Panorama actual de la fabricación aditiva
Hoy día, el servicio de impresión 3D representa un mercado de $6 mil millones que ha tenido un incremento del 31,5% anual entre el 2013 y 2016. A partir del 2017 y hasta el 2021, los expertos vaticinan un aumento interanual de al menos 20%. Si incluimos hardware, software, materiales y servicios, la inversión del 2017 superó los $10 mil millones.
A medida que la tecnología se hace más accesible, la fabricación aditiva se hace más viable económicamente. El avance en materiales de impresión como plásticos, maderas, metales, poliácido láctico o incluso hormigón, sigue ampliando la versatilidad de estos sistemas. Ya existen las RepRaps, máquinas autoreplicantes de uso personal y otros sistemas como:
- Inyección de aglutinante (BJ)
- Fusión selectiva por láser (SLM)
- Procesamiento digital de luz (DPL)
- Fusión por haz de electrones (EBM)
- Inyección de material (MJ) o “moldeo a la cera perdida”
Sumado a esto, el mayor impacto económico de la incorporación del servicio de impresión 3D está relacionado con el diseño. Para lotes pequeños, el prototipado rápido favorece la funcionalidad y mayor complejidad sin aumentar gastos. Con moldes tradicionales, los cambios son más difíciles y consumen más tiempo, incidiendo en el costo final.
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