La impresión tridimensional sigue un camino hacia la innovación en materia de sostenibilidad, utilizando algunos residuos para la fabricación de filamento para impresora 3D, convirtiéndose en la alternativa indicada no solo por la rapidez en la que brinda resultados, sino por el nivel de rentabilidad que representa para diferentes industrias.
El filamento es un material en forma de hilo que se utiliza en las impresoras para crear objetos tridimensionales. Al calentarse, el filamento se funde y sale a través de una boquilla, formando capas sucesivas que se unen al enfriarse. Es esencial para la fabricación aditiva, permitiendo la creación de prototipos y piezas personalizadas.
Es un material fundamental en el proceso de fabricación aditiva, que permite crear objetos tridimensionales a partir de un diseño digital. Su principal función es ser el “combustible” que las impresoras utilizan para construir piezas capa por capa.
Una de las aplicaciones más comunes del filamento es en la creación de prototipos. Diseñadores e ingenieros utilizan impresoras 3D para fabricar modelos de sus ideas antes de producir el producto final. Esto les permite evaluar el diseño, realizar ajustes y ahorrar tiempo y costos en el desarrollo.
Los estudiantes pueden aprender sobre diseño, ingeniería y tecnología al crear sus propios proyectos. Esto fomenta la creatividad y les brinda habilidades prácticas que son muy valoradas en el mercado laboral.
Esto es especialmente útil en industrias como la medicina, donde se pueden crear prótesis adaptadas a las necesidades específicas de un paciente. Del mismo modo, en la industria automotriz o de la aviación, se pueden producir componentes únicos que se ajusten perfectamente a los requerimientos del proyecto.
Los artistas también utilizan filamentos para dar vida a sus creaciones. Desde esculturas hasta joyería, las posibilidades son infinitas. La impresión 3D permite a los artistas experimentar con formas y diseños que serían difíciles de lograr con técnicas tradicionales.
Es uno de los filamentos más conocidos y accesibles para la impresión 3D. Derivado de recursos renovables como el maíz o la caña de azúcar, es biodegradable y se caracteriza por su facilidad de uso, baja temperatura de impresión y buena definición de detalles. Ideal para principiantes y proyectos decorativos, el PLA es una excelente opción para quienes buscan resultados rápidos y sin complicaciones.
Es un material sintético conocido por su resistencia que requiere una mayor temperatura de impresión y una cama caliente para evitar el warping (deformación), pero una vez impreso, produce piezas resistentes a impactos y con una superficie suave. Ampliamente utilizado en la industria automotriz y en la fabricación de juguetes, el ABS es ideal para crear prototipos funcionales y piezas de repuesto.
Combina las mejores cualidades del PLA y el ABS. Es fácil de imprimir como el PLA, pero más resistente a impactos y más flexible. Además, es resistente a la mayoría de los químicos y tiene una excelente resistencia a la intemperie. Este filamento se utiliza comúnmente en aplicaciones que requieren durabilidad y resistencia, como piezas de repuesto y accesorios.
Es un material sintético conocido por su resistencia, flexibilidad y durabilidad. Ideal para piezas sometidas a esfuerzos mecánicos, como engranajes y bisagras. Sin embargo, el nylon es higroscópico, lo que significa que absorbe fácilmente la humedad del aire, lo que puede afectar la calidad de impresión. Para obtener los mejores resultados, se recomienda secar el filamento antes de imprimir.
Es un filamento flexible y elástico, perfecto para crear objetos con propiedades similares a la goma. Gracias a su capacidad de absorber impactos, el TPU se utiliza a menudo en la fabricación de fundas para teléfonos móviles, suelas de zapatos y prótesis. Sin embargo, debido a su flexibilidad, el TPU puede ser más difícil de imprimir que otros filamentos.
Con la intención de reducir los residuos que generan la huella de carbono, el sector de la impresión 3D ha aprovechado la oportunidad de usarlo como una materia prima amigable con el ambiente para la fabricación de filamento para impresoras 3D de alta calidad.
Este método de producción le da una nueva oportunidad a la economía circular, obteniendo piezas nuevas hechas a partir de elementos plásticos, siendo el más popular el uso de botellas de plástico.
Ante la popularidad que ha adquirido la industria de la impresión 3D y la posibilidad que brinda para solo usar el material necesario durante cada producción, se convirtió en la opción ideal para darle un giro a la producción de filamento para impresora 3D mediante la utilización de botellas de plástico. Impulsado por el hecho de que las producciones que se hacen por medio de este método son capaces de incursionar en diversos sectores productivos.
A los que nos referimos con filamento para impresión 3D que tiene una composición de reciclaje, es la creación de material para impresión tridimensional hecho de plástico que proviene de botellas que han sido desechadas, el proceso se realiza mediante la extracción del policarbonato puro.
El producto que se obtiene resulta más duradero, por lo que se considera eficaz para atender diversas industrias como la electrónica y la automotriz. También se tiene en consideración que el hecho de que la materia con la que se elabora el filamento para impresora 3D de este tipo, venga desde una sola fuente, no es necesario hacer una clasificación adicional de los plásticos residuales.
Con este método, se subsana la necesidad o dependencia del filamento en producción, es decir que se convierte en una forma de generar productos con una infinidad de aplicaciones para muchos sectores, como en la producción de objetivos lúdicos como juguetes, accesorios o joyería, por mencionar algunos. Uno de los métodos más actuales para producir filamento es a través del plástico reciclado, que aunque cuente con pocas posibilidades de color, es considerado como uno de los materiales más amigables para pintarlo.
Esto se debe a que se pretende que para la fabricación constante de los hilos se deba hacer una recuperación de 120 botellas de plástico para cada kilogramo de filamento que pretenda ser fabricado.
La manera en la que se procesa el plástico PET es sencilla, se coloca el material dentro de una máquina que lo tritura al mismo tiempo que lo funde en altas temperaturas, abriendo la posibilidad de que se realicen tres metros de bobina por cada hora de trabajo.
Debido a que el plástico de tipo PET es uno de los más utilizados para desarrollar las labores diarias, la rentabilidad para la producción y distribución de filamento para impresora 3D que contemple a este material en su composición, es muy viable para las industrias.
Además, se tienen en consideración que la producción de filamento por medio de materiales reciclados no altera su efectividad al momento de construir objetos en la impresión; incluso cuenta con la ventaja de que por su naturaleza se convierte en una composición resistente al filtrado de líquidos sin que se den fugas.
Son muchas las áreas en las que se debe poner atención para poder contribuir a la sostenibilidad del mundo, generando productos cada vez más amigables con el ambiente. Se tiene constancia de que aun sin este método de producción en el filamento para impresora 3D, la impresión de este tipo es uno de los procesos productivos más favorables para la reducción de residuos. ¡Conoce más sobre el tema ingresando a Impresión i3D, expertos en este tipo de elaboración, contáctanos ahora!
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